La villa de Gràcia era un pequeño núcleo campesino que, en el transcurso del siglo XIX, vivió una gran transformación y se convirtió en una zona singular de obreros y pequeños comerciantes. Con el crecimiento de Barcelona y el Plan Cerdà, el núcleo fue incorporado a la ciudad; con todo, nunca ha dejado de reivindicar unas características y una manera de hacer propias.
La Fiesta Mayor de Gràcia se considera la máxima expresión de la identidad del barrio y está compuesta por todo un conjunto de celebraciones que combinan la participación ciudadana y las muestras de cultura popular y tradicional. Las asociaciones de vecinos, distribuidas por zonas, organizan una parte de la fiesta, cada una en su calle o plaza, y el resultado es casi una semana de actividades en todos los rincones de la villa, que es posible gracias a la aportación de los ciudadanos y ciudadanas de Gràcia implicados, que son muchos.
La Fundación Festa Major de Gràcia reúne las entidades de las calles y plazas que se engalanan y participa en la fiesta organizando bailes, conciertos, talleres, comidas populares, etc.
El origen de la fiesta es casi paralelo a la urbanización de la villa. La primera referencia está documentada en 1817, cuando se registró un encuentro que se organizaba en Can Trilla en honor de la Virgen de Agosto.